La Navidad es tiempo de fiesta, de agradecimiento, de encuentros y de mimos a todos nuestros seres queridos. Y a la primera que queremos mimar es a la familia, a aquellos que nos llenan de felicidad todos los días.
Para vestir la Navidad en casa, planteo decorar espacios no usuales con objetos alusivos a la Navidad, pero con una gama cromática infantil. La idea es darle una bocanada de frescura a una fiesta llena de clichés, y que la ambientación festiva se pueda disfrutar tanto de día como de noche.
Para que se den una idea, decoré el tambor de luz con corazones de alambre, esferas de lentejuelas y tiras de flores. El arbolito es blanco sobre una maceta de madera patinada, y usé muñecos de tela y flores como adornitos. Soy amante de las flores y de la vibra romántica cuidada, sin caer en el exceso.
Con muy pocos objetos representé el amor y la paz que le deseo a mi familia (¡y a todos!) en estas fiestas: ositos que forman la palabra LOVE y el signo de la paz de musgo con foquitos blancos, todo arriba de la mesa de noche. Y el detalle final que no puede faltar son las luces de Navidad, que en esta escenografía real se multiplican sobre muebles y piso.
¡Que sus fiestas tengan mucha luz, alegría y color! ¡Muy feliz año a todos, que lo empiecen con magia y risas!
Descansamos hasta el 20 de enero. Nos reencontramos entonces ;)
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